Para que puedan conocer parte del contenido del libro, les transcribimos a continuación algunos párrafos donde se menciona la oposición de los vecinos a la instalación del tranvía y el tratamiento que le dio la prensa al tema allá por 1870.
"Las protestas no venían de individuos ignorantes y atrasados, sino de los personajes más ilustres de la época, entre ellos un futuro Presidente de la Nación, el doctor Nicolás Avellaneda, quien envió una nota al Gobernador de Buenos Aires, quejándose por haber permitido que dos empresas de tranvías circularan por la calle Moreno, donde tenía algunas propiedades (1). Los quejosos tenían algunos de los apellidos más ilustres de la sociedad de aquella época: Achával, Estrada, Basualdo, Anchorena, Muñiz, Mallo, Escalada, Terrero, Roverano, entre otros (2).
Los diarios de la época se hicieron eco de las protestas y publicaron cartas de los vecinos. Transcribimos a continuación un fragmento de la publicada en La Tribuna por los vecinos de las calles Suipacha y Tacuarí, dirigida al gobierno de la provincia de Buenos Aires:
“Exmo Señor:
La comisión á nombre de los propietarios y vecinos de las calles de Suipacha y Tacuarí, ejerciendo el derecho de petición que la Constitución de la Provincia nos acuerda, ante V.E. como más haya lugar, decimos: que nos consta de una manera positiva que D. Mariano Billinghurst, se ha presentado ante V.E. solicitando permiso para la [im]plantación de un tramway en las citadas calles.
Razones de interés público, Exmo. Señor, nos ponen en el caso de ocurrir ante V.E., protestando del modo más solemne contra tal petición; y al hacerlo, confiamos que atentas las consideraciones que aduciremos, V.E. no debe acceder á ella.
La ley, autorizando al P.E. para celebrar contratos con particulares á tal objeto, establece de una manera incontrovertible, que las concesiones al efecto, sean consultando los intereses generales sin perjuicio de tercero [sic]. […].
Calorosos [sic] defensores del progreso material de los pueblos, nos felicitamos, que nuestros conciudadanos, se ocupen en dictar leyes, que reportando los medios de movilidad, sean á la vez saludables y benéficas. Pero cuando esas leyes, atacan derechos adquiridos; cuando están en abierta oposición con los principios constitucionales, los pueblos que han delegado su soberanía en los representantes legítimos, tienen derecho de levantar su voz, reprobando esas disposiciones.
Perjuicios de la mayor importancia, Exmo. Señor, ocasionaría la admisión de esa Empresa, tanto por el mucho tráfico de vehículos, cuanto por el numeroso comercio que hay en las enunciadas calles […].
Si, como no creemos, V.E. defiriese á esa solicitud, beneficiando á una Empresa particular, en menoscabo de los intereses generales, serían quizá, muy graves los resultados que pudieran surgir. […].
Exmo. Señor:
Jorge Atucha – Sisto Villegas – Adolfo Insiarte Zacarías del Mazo – José Lavarello – Diego J. Cordero” (3).
El diario agrega su granito de arena, precediendo la carta con los siguientes términos:
“He aquí una de las presentaciones que ha sido dirigida al Gobierno de la Provincia por los vecinos de San Miguel [barrio de Buenos Aires], desesperados como tantos otros, al verse amenazados por las fatales consecuencias que van á traer los tramways en calles tan estrechas como las nuestras.” (4)